martes, 14 de abril de 2009

Guayadeque


A los regazos de la tierra.
A contemplar horizontes verticales
y bordear las huellas
milenarias de los árboles,
a recoger lavandas y prenderlas
de los contornos áridos
que me envuelven...

La tierra se revuelve,
se agrieta, se eleva y se abisma,
surge en oleadas basálticas
y se serena en campos y espigas.

Me asomo y vuelo,
cruzo el límite y alcanzo escarpes,
me elevo, caigo, busco lugares
donde apaciguar el ímpetu
de cada uno de mis costados...
y duermo al fin.

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