lunes, 20 de septiembre de 2010

Tengo la intención de ser aire


Tengo la intención de ser aire,
de ser viento y rozar los árboles
para entender cómo los horizontes
quedan siempre tan lejanos.

Ser un poco luz, un poco sombra.
Ser como nube blanca
sobre azul inmenso,
o gris frío y otoñal
pintado en la retina.

Tengo la intención de hablarte
y no decir lo siento,
salir del escondite
donde quedé oculto
una vez, siendo niño,
en el patio eterno de mis recuerdos.

Reir, reir y reir mil veces
y dar paseos largos en silencio.
Tengo la intención de despertar
cuando todos se hayan dormido,
para ver los sueños pasar
en un sinfín de mundos,
todos vivos en el tiempo
perdido de los hombres.

Sí, sí, sí... sí. Mil veces sí.
Afirmar que todo lo que veo
es el borde externo de mis párpados,
la orilla del mundo
o la frontera de mis pupilas.
Tengo la intención...,
la intención de dormirme
para borrar el día
y dibujar la noche.
Y ser un poco
tú cuando te pierdes,
y un poco yo
cuando te encuentro.

Volar o dejar caer
el cuerpo en el vacío
extraño de los sueños,
para seguir los pasos
de tantos y tantos versos.

Y no ser más yo
que cuando inspiro el cielo
y lo retengo,
lo agolpo en mis pulmones
y lo dejo suelto.

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