sábado, 28 de febrero de 2009

Cumple... años

Tenemos el tiempo marcado. Sabemos lo que dura un día, una semana, un mes... Medimos la vida, la hemos partido, dividido en intervalos regulares de algo tan impalpable e invisible como es el tiempo. Ya es el tiempo presente, pero también el pasado y el futuro, que ahora construyo a golpe de teclado. Nadie más sabe qué significa eso que nos hemos inventado, sólo nosotros. El resto del mundo se limita a estar, a vivir o morir, a crear bosques, a formar costas o fluir siempre, a cazar, a ser cazado, a volar, a crecer, a romper la tierra y vomitar fuego, a transformarse misteriosamente en mariposas, a nadar en las profundidades abisales, a esconderse, a saltar y croar,... No existe el tiempo fuera de nosotros, fuera de nuestra mente y nuestra cultura. Si no fuera así, yo hoy no cumpliría años, cumpliría vivencias, cumpliría con la vida. Mi pasado serían sólo mis recuerdos y no los años que tengo y mi futuro, lo que la vida me depare y no los años que me quedan por vivir. Pero seguimos atados a los relojes, al calendario.

Hoy es mi cumpleaños. Por eso sé el tiempo que llevo respirando en este mundo. Por eso, a veces se asombran cuando lo digo: ¡Pues parece que tuvieras....!, porque hasta nos hemos creado estereotipos según las edades. Luego decimos eso de: la edad es la que llevamos por dentro, o tengo ... pero me siento como si tuviera .... Nos enmarcamos en espacios de tiempo y nos comparamos. Les ponemos años a las cosas, a nuestras mascotas, al árbol que plantamos, a los libros que compramos. A todo lo que nos rodea. Es nuestra forma de colocarnos en el mundo.

Bien. Hoy es mi cumpleaños. Y siempre lo celebramos. Y esperamos regalos porque los que nos rodean celebran que sigas con ellos ¡un año más!. Son días especiales, que quieres que sean especiales. Te hacen el horóscopo y te llenan de buenos deseos. Incluso, a veces, ocurren casualidades, azares que queremos pensar que son destinos, o le damos la impronta de mágicos. Como hoy. Alguien a quien no conozco me ha enviado un abrazo, me ha pedido que siga escribiendo, me ha recordado que detrás de la pantalla, en el mundo, hay gente que me espera, aunque no lo conozca... ¡Un buen regalo de cumpleaños!.

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